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Por Dr. Octavio de la Torre de Stéffano, Director de TLC Asociados.

Las Zonas Económicas Especiales (ZEE) pueden tomar muchas formas distintas en relación a su objetivo, incluyendo diferentes tipos de zonas más específicas como las Zonas Francas, Zonas de Libre Comercio o Free Trade Zone, Zonas de Procesamiento de Exportaciones o Export Free Zone, Zonas Libre o Free Zone, Parques Industriales o Estados Industriales, Puertos Libres o Zonas de Emprendimientos Urbanos, lo anterior acorde al Banco Mundial.

 

 

Conoce a los Protagonistas del Comercio Exterior y las Aduanas

 

Para ser considerada una ZEE debe encontrarse dentro de un territorio delimitado, ofrecer incentivos administrativos, disminución de normas y regulaciones que atiendan a la facilitación comercial, ventajas operativas para detonar el desarrollo regional o transfronterizo y gozar las inversiones de beneficios tributarios, así como, que los procesos sustanciales de transformación y logísticos estén alineados con la implementación tecnológica y de mejores prácticas, con el fin de atraer capitales que promuevan el desarrollo económico de acuerdo con la vocación de una región determinada.

La decisión de un empresario para invertir no sólo evalúa los aspectos comunes del modelo de ZEE (facilidades fiscales y de infraestructura), sino toma en consideración toda una serie de características como: el Estado de derecho, la seguridad, el tipo de capital humano disponible, los requisitos regulatorios y burocráticas para establecerse, desarrollarse y paulatinamente expandirse. Asimismo, no todas estas características pesan por igual, algunas inclusive son condicionales a otras.

Las herramientas que se utilizan como facilitadoras y promotoras del comercio y la industrialización en las Zonas se basan principalmente en la creación de beneficios y exenciones en el pago de impuestos, pues las empresas que se funcionan en una zona franca no tienen que pagar algunos impuestos, o pagan solamente una parte de ellos.

La mayoría de las ZEE ofrecen a los inversionistas orientados a la exportación tres principales ventajas:

  • Entorno aduanero especial con una administración aduanera eficiente y, generalmente, con acceso a insumos importados libres de aranceles e impuestos.
  • Infraestructura, como la renta de propiedades, armazón de las fábricas y servicios básicos, de fácil acceso y mayor confiabilidad que la disponible en el resto del país.
  • Una gama de incentivos fiscales que incluyen la exoneración de impuestos corporativos y reducciones, además de un entorno administrativo simplificado.

 

Otros grandes beneficios de los que gozan las áreas de Zona Franca, además de los beneficios en impuestos que mencionamos anteriormente, son los de una ubicación geográfica estratégica, cerca de aeropuertos, puertos o importantes vías terrestres, lo que facilita el transporte de las mercancías.

De acuerdo con Reporte de Inversión Mundial 2019 de la UNCTAD, las ZEE son un esquema con tendencia mundial, que han llegado a ser casi 5,400 en el mundo, en comparación con 4,000 hace cinco años, mientras que otras 500 zonas están en la etapa de proyecto.

Actualmente de las 194 economías en el mundo más de 145 cuentan hoy con este tipo de zonas con características que varían de un país a otro y de un sector a otro, incluso en los últimos años se han integrado en la variable los sectores de servicios financieros o el turismo.

Así, China encabeza la lista con más ZEE, 2,543, seguida por Filipinas (528) e India (373); por delante de EUA (262), mientras que en Latinoamérica sobresalen Nicaragua (52); Costa Rica (49); Honduras (39) y Brasil (32).

En México, desde el sexenio pasado se tenía el proyecto de crear 7 de estas zonas económicas especiales, en poblaciones con cierto número de habitantes y con la mayor incidencia de pobreza extrema. Esta iniciativa tenía el propósito de establecer las bases de la política industrial que contribuyera a la integración productiva, no obstante, hace varios años expuse que la aprobación de la Ley y la creación de las ZEE serían insuficientes para detonar el crecimiento y, especialmente el desarrollo económico y social de estas regiones, ya que era impresindible atender sus problemas históricos estructurales, cuya resolución es esencial para el desarrollo industrial de cualquier área geográfica.

 

 

 

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